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La denominación de Gigondas ha tenido a menudo una reputación de producir vinos de un cariz rústico. Las altas temperaturas del Ródano meridional pueden, en las manos inadecuadas, producir vinos que se alejan del patrón de vinos finos que tanto nos gustan. Sin embargo, una altitud mayor que todos sus vecinos, unos suelos complejos compuestos de marlas, arenas y terrenos arcillo-calcáreos, el frío viento de Mistral que alivia las altas temperaturas y la Garnacha como variedad dominante, hacen que, bien interpretadas, estas variables produzcan vinos serios, elegantes y refinados.

Moulin de la Gardette es una bodega familiar creada en 1946. Jean-Baptiste Meunier, segunda generación tomó posesión del proyecto en 1990, haciendo una transición a viticultura ecológica y respetuosa con los suelos. Su finca cuenta con 10 hectáreas de viña, repartidas en 25 parcelas diferentes, plantadas en vaso y con una edad media de unos 65 años. Una altitud de hasta 330m sobre el nivel del mar y unos viñedos a menudo rodeados de bosques de pinos y robles que atemperan la temperatura, hace que sus vinos tengan una frescura y precisión poco habituales en la zona. Además, unos rendimientos extremadamente limitados y la templanza de esperar a las lluvias de septiembre para vendimiar en añadas cálidas y secas, da confianza en el trabajo de Jean-Baptiste.

En bodega, los racimos están minuciosamente seleccionados y, la mayoría entran intactos en los depósitos de fermentación, sin despalillar. Los mostos fermentan con las levaduras ambientes y después de unas maceraciones post-fermentativas largas, de hasta cuatro semanas, los vinos se afinan en foudres, demi-muids o cemento.

Jean Baptiste elabora dos vinos principales. Tradition es el vino de más volumen, una mezcla de 80% Garnacha, 10% Mourvèdre y 10% Cinsaut, provenientes de viñedos de unos 40 años de edad. Ventabren está elaborado a partir de las viñas más viejas, de hasta 100 años de edad, y con una pequeña proporción de Syrah en la mezcla.